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Guillermina Tiramonti

Para

PERFIL

Las huellas de la pandemia

Las huellas de la pandemia

El procesamiento educativo que nuestra sociedad hizo y hace de la crisis provocada por el surgimiento de una pandemia dejará huellas muy profundas, al punto que podríamos decir que hay una verdadera reconfiguración del sistema.

En términos muy generales, y sin entrar en particularidades, la Argentina cerró por tiempo muy prolongado las escuelas y suplantó esta falta con clases virtuales que llegaron a un reducido número de alumnos que procesó de forma heterogénea la virtualidad porque los contextos familiares son diversos y las habilidades y recursos de las instituciones son muy variados, aunque tengan conectividad y computadoras.

Arriesgo con ustedes una primera aproximación a lo que creo es una nueva configuración del sistema. Según mi entender, sus principales rasgos son los siguientes:

• Un sistema diferenciado de acuerdo a un orden clasista fundamentalmente en su nivel secundario. Donde cada uno corre la suerte de su cuna. Ya teníamos una escuela secundaria que expulsaba al 50% de sus alumnos y la gran mayoría de ellos provenía de los sectores populares. El cierre de las escuelas redundó en un recrudecimiento de este fenómeno. Sin escuela los chicos perdieron su anclaje en el campo de los integrados, fueron despedidos a la calle, salieron a trabajar o a participar de otros colectivos que pululan en los márgenes sociales y legales. Los esfuerzos de incorporación de muchos años se perdieron en poco tiempo. La pérdida se da en un contexto de crisis económico-social que augura para estos jóvenes un futuro de marginalidad.

Los grupos que mantuvieron su conexión con la escuela también se diferencian entre sí. En primer lugar podemos distinguir los que son alumnos de escuelas que venían innovando y haciendo un uso inteligente de las nuevas tecnologías y que aprovecharon la situación para profundizar en las innovaciones y preparar a su alumnado para participar exitosamente en el mundo digital.

Están los otros que mantuvieron la conexión a puro Zoom y con el atento seguimiento de sus padres; estos perdieron un poco en materia cognitiva, algunos mejoraron en su autonomía pedagógica, están ansiosos por volver y seguramente tendrán una futura trayectoria regular en la escuela y habrán descubierto que las clases por Zoom son mucho más aburridas que las presenciales. Estas escuelas no supieron, no pudieron o no quisieron probar un salto hacia una pedagogía siglo XXI. Se mantienen en su propuesta y reman por retomar la normalidad.

Hay escuelas que mantuvieron contacto con sus alumnos vía chat o fotocopias; en estos casos se aprendió poco y nada durante el largo receso de la presencialidad, y ahora la tarea es aguzar el ingenio para armar una propuesta pedagógica que recoloque a sus alumnos en un estándar adecuado de conocimientos.

• La segunda característica es un sistema descentralizado, donde el centro ha desaparecido, y son las provincias las que en definitiva definen la suerte de la educación en sus territorios. Esta configuración que hoy resulta tan evidente estaba ya presente en el sistema y era claro que el ministerio nacional debía hacer esfuerzos económicos y técnicos para mantener su centralidad. Hoy esa instancia ha desaparecido y solo queda una presencia que coordina el Consejo Federal y desde allí informa el contenido de los DNU.

Esta descentralización puede tener una derivación auspiciosa si hace del Consejo Federal de Educación un espacio de diálogo y construcción de consenso entre los diferentes ministerios provinciales que, a su vez, provea a la política de una fortaleza para la definición de proyectos futuros que ha ido perdiendo desde el inicio de la democracia hasta ahora. Este hecho sería un aporte importante para la política nacional. La otra cara de este proceso es la profundización de la desigualdad geográfica que se expresa en la distancia existente entre las provincias modernas y aquellas que aún están sumidas en el orden feudal.

Las dimensiones con las que estamos reconfigurando nuestro sistema educativo tienen como eje a la desigualdad de nacimiento. El futuro de las nuevas generaciones está cada vez más determinado por su origen sociocultural y la provincia en la que nacieron.

Texto publicado el 06 de Junio 2021, 06:04hs en el medio PERFIL.
https://www.perfil.com/noticias/opinion/las-huellas-de-la-pandemia-por-guillermina-tiramonti.phtml

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