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Educación

Notas y conversaciones sobre la lectura, la escritura y la educación

Leer, escribir y enseñar: caminos explorados y nuevas aperturas para la formación docente

Leer, escribir y enseñar: caminos explorados y nuevas aperturas para la formación docente

foto: pexels

Por

Andrea Brito

Desde hace más de 15 años, el Posgrado en Lectura, escritura y educación se propone como un espacio formativo para dar lugar a la reflexión compartida sobre la enseñanza. Así, en el interés común sobre los saberes vinculados con el leer y el escribir y también en la convicción sobre su importancia para la inclusión en la vida social, el Diploma Superior se configuró como un lugar de encuentro para la actualización académica en diálogo con la experiencia educativa. Desde entonces, y hasta hoy, ciertos supuestos teóricos nos orientan en el recorrido: la atención a la cultura material como elemento constitutivo de la enseñanza de la lectura y la escritura; la mirada sobre los procesos de cambio, entre la renovación y la conservación de las prácticas educativas; y el reconocimiento de la acción de quienes cotidianamente habitan los espacios educativos en la producción de esos procesos de cambio. Las prácticas de enseñanza son nuestro punto de anclaje. Y motivados por las inquietudes y problemas que las atraviesan, el posgrado amplió su recorrido en el Ciclo de Especialización. En este segundo trayecto, nos dispusimos a indagar en nuestras prácticas profesionales animándonos a una lectura que vaya más allá de lo visible, observando, rastreando indicios, buscando pistas en nuestras aulas para analizar lo que allí sucede desde nuevas lecturas e intercambios.

En este camino, la lectura y la escritura son nuestro foco de estudio incluyendo allí nuestras propias sensibilidades en relación con estas prácticas. En este sentido, los talleres de escritura son una oportunidad para “soltar la pluma” aventurándonos a la escritura ficcional y a la escritura académica y abriéndonos desde allí a la lectura entre colegas.

Muchas han sido las experiencias compartidas en estos años, durante los cuales las voces de cientos de maestros/as y profesores/as de diferentes contextos de nuestro país y también de diferentes países de América Latina han ido construyendo una comunidad de lectura y escritura atenta a su enseñanza.

En los últimos dos años, sus lazos se vieron fortalecidos a propósito de la gran conmoción que la pandemia ha provocado en nuestra vida cotidiana. Las nuevas coordenadas para enseñar a leer y a escribir provocaron desorientación, nuevas preguntas y también formas inventivas para sostener la tarea docente. La necesidad de revisar los sentidos de la lectura y de la escritura a partir de las transformaciones producidas por la cultura digital se confirmó como un tema impostergable para repensar nuestras prácticas docentes y las formas de transmisión educativa.

Los contrastes entre las imágenes de lo presencial a lo virtual que durante estos dos últimos años hemos compartido ponen en evidencia, entre otra cuestiones, el cambio en los cuerpos y en los gestos y las disposiciones -del espacio físico a la mediación de las pantallas-; el cambio en las coordenadas de espacio y de tiempo -del entorno educativo al entorno doméstico y del tiempo consecutivo y lineal al tiempo fragmentado-; el cambio en la composición de la materialidad -de los soportes y los objetos que coexistían en el aula presencial a la primacía de los dispositivos digitales en la virtualidad-. En esos contrastes, la tarea de enseñar a leer y a escribir se volvió un desafío tensionado por la inclusión de los/as estudiantes.

Hoy y hacia adelante tenemos mucho para hacer y pensar con otros/as en esta propuesta académica que apuesta al estudio y a la producción de conocimiento pedagógico como una herramienta valiosa para la formación y la intervención de quienes, de alguna forma u otra, enseñamos a leer y a escribir.

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